Historia
El barrio Santa Rosa, ubicado en la parroquia rural de Yaruquí, es una comunidad que ha preservado sus raíces campesinas y su identidad a lo largo de los años. Su nombre honra a Santa Rosa de Lima, patrona de la América Latina y símbolo de devoción, trabajo y solidaridad, valores que han guiado a los habitantes desde sus primeros asentamientos.
Santa Rosa surgió como un sector agrícola, con familias dedicadas al cultivo de maíz, papas, hortalizas y frutales, así como a la crianza de animales menores. La fertilidad de sus tierras y la cercanía a los ríos del valle permitieron el desarrollo de estas actividades, que constituyeron la base de la economía familiar y de la vida cotidiana del barrio.
Desde sus inicios, la comunidad se caracterizó por su espíritu solidario y organizativo. Mediante mingas, colaboración vecinal y la construcción de caminos y espacios comunes, los moradores fortalecieron los lazos barriales y promovieron la cohesión social.
Un elemento central en la vida del barrio ha sido la capilla dedicada a Santa Rosa, alrededor de la cual se celebran las festividades religiosas y culturales que refuerzan la identidad del sector. Estas celebraciones combinan la devoción, la música, la danza y la gastronomía local, convirtiéndose en momentos de encuentro y tradición que se transmiten de generación en generación.
Hoy, el barrio Santa Rosa de Yaruquí mantiene su vocación agrícola y al mismo tiempo incorpora nuevas actividades productivas y comunitarias, preservando sus tradiciones mientras avanza hacia el futuro. Sus habitantes son reconocidos por su hospitalidad, compromiso y amor por su tierra, valores que hacen de Santa Rosa un lugar emblemático dentro de la parroquia.