Historia
Ubicado en la parroquia rural de Yaruquí, es un sector que nació gracias al esfuerzo de familias trabajadoras que encontraron en estas tierras fértiles un lugar para asentarse y crecer. Su nombre honra a San Carlos Borromeo, santo reconocido por su labor de servicio y entrega, cualidades que inspiran el espíritu solidario de la comunidad.
En sus primeros años, el barrio se caracterizó por la agricultura y la ganadería, actividades que se convirtieron en el sustento de sus moradores. Parcelas de maíz, trigo, hortalizas y frutales marcaron el paisaje, mientras que las mingas y la organización vecinal fortalecieron los lazos comunitarios.
Con el paso del tiempo, San Carlos fue consolidándose como un barrio dinámico, que supo combinar la vida rural con los cambios propios del desarrollo parroquial. La comunidad gestionó mejoras en caminos, servicios básicos y espacios de encuentro, siempre bajo el principio de la cooperación y la unidad.
Un aspecto importante en la identidad del barrio son sus festividades religiosas y culturales, en las que se honra al santo patrono y se reafirman las tradiciones heredadas de sus mayores. Estas celebraciones no solo son actos de fe, sino también momentos