Historia
Ubicado en la parroquia rural de Yaruquí, es un sector que guarda la memoria de las antiguas familias que dieron vida a este lugar. Su nombre recuerda a Otón de Vélez, un personaje que habría tenido relevancia en la conformación de la comunidad y en el reconocimiento del sector dentro de la parroquia.
En sus orígenes, el barrio estaba conformado por pequeñas haciendas y parcelas agrícolas, donde se cultivaban productos tradicionales como maíz, trigo, cebada y frutales. La tierra fértil y el clima templado de Yaruquí favorecieron el crecimiento de estas actividades, que dieron sustento a las familias fundadoras.
Con el paso del tiempo, la vida comunitaria fue tejiéndose alrededor de la organización vecinal, las mingas y las celebraciones religiosas, que se convirtieron en puntos de encuentro y fortalecieron los lazos de unidad entre los habitantes. Gracias al esfuerzo colectivo, se impulsaron obras de beneficio común como caminos, servicios básicos y espacios para la convivencia.
Hoy, Otón de Vélez mantiene viva su vocación agrícola, pero también ha sabido adaptarse a los cambios, integrando nuevos emprendimientos y actividades propias del desarrollo de Yaruquí. Sus moradores se caracterizan por su espíritu trabajador, su hospitalidad y el compromiso con la preservación de sus raíces.
El barrio es un reflejo del proceso histórico de la parroquia: un lugar donde la tradición, la fe y la organización comunitaria se unen para dar identidad a quienes lo habitan y proyectar su futuro sin perder la esencia de sus orígenes.