Historia
Situado en la parroquia rural de Yaruquí, es uno de los espacios más emblemáticos para disfrutar de la majestuosidad del valle. Su nombre refleja la experiencia que ofrece: una vista panorámica única que permite apreciar los paisajes agrícolas, montañas y ríos que forman parte del entorno yaruqueño.
El mirador se ubica estratégicamente sobre una colina que, desde tiempos antiguos, fue utilizada por los habitantes del sector para observar y cuidar las tierras agrícolas. Con el tiempo, este lugar fue tomando relevancia como punto de encuentro y recreación, gracias a su valor natural y a la posibilidad de contemplar los amaneceres y atardeceres del valle.
La comunidad local ha impulsado su conservación y accesibilidad, realizando trabajos de señalización, senderos y espacios de descanso, fomentando así el turismo rural y la conexión con la naturaleza. Además, se han organizado actividades culturales y recreativas que fortalecen la identidad de Yaruquí y promueven la participación comunitaria.
Hoy, el Mirador Yaruqueño de Yaruquí es mucho más que un punto turístico: es un símbolo de la unión entre la naturaleza, la cultura y la historia del valle. Los visitantes pueden disfrutar de caminatas, fotografía, momentos de contemplación y de la calidez de la comunidad local, que mantiene vivo el espíritu de cuidado y respeto por este hermoso lugar.